- Ardua discusión cada vez que se propone una nueva ampliación (nuevos miembros, nuevos países receptores de fondos).
- Un presupuesto escaso para desarrollar sus iniciativas (el 1% del PIB de cada Estado miembro).
- Dificultad de adaptación por parte de candidatos y nuevos miembros a las políticas de la UE, uno de los tres criterios de Copenhage. Y por último,
- La falta de unidad y compromiso político de parte de sus Estados miembros, los cuales no ven con buenos ojos ceder más soberanía a las instituciones de la UE.
Un ejemplo de este último lo hemos podido comprobar hoy en el telediario....
